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viernes, 4 de marzo de 2011

todos los males se deben a la DEA inclusive que un alto jefe policial esté convertido en narcotraficante. la lógica de EM no resiste análisis

El presidente Morales se refirió por primera vez al caso del “narcogeneral” detenido en Panamá hace unos días y lo hizo casi en los mismos términos que su compañero cocalero Felipe Cáceres, encargado de la lucha contra las drogas en Bolivia, es decir, refunfuñando contra la DEA norteamericana, fuerza policial que condujo por meses la investigación que consiguió al arresto de René Sanabria Oropeza, un pez gordo del narcotráfico que operaba en las narices del Ministerio de Gobierno del Estado Plurinacional.En lugar de agradecer por semejante servicio al país, nada menos que desenmascarar a un oficial que estaba a cargo de una de la oficinas de inteligencia más importantes del país, Evo Morales se dedicó a desacreditar el trabajo de la DEA y prometió que ésta jamás volverá a operar en Bolivia, promesa que resulta improbable ahora que se sabe que agentes de la policía antinarcóticos estadounidense trabajaron secretamente, como corresponde en un país donde no hay confianza en la justicia y menos en autoridades que posiblemente están en las mismas que el general Sanabria. Ejemplos no faltan.Estrellarse contra “los gringos” a nombre de la dignidad de Bolivia es una vieja cantaleta del Presidente y como se ha visto... ni lo uno ni lo otro. O es que tal vez que cree que el auge del narcotráfico dignifica a los bolivianos y que la DEA se va a quedar de brazos cruzados por el hecho de no tener una oficina en el territorio nacional. Además, en el caso de Sanabria Oropeza no sólo operaron policías norteamericanos. Se trató de un operativo en conjunto desarrollado por fuerzas chilenas y panameñas, tal como lo ha confirmado el vicepresidente de Chile, Rodrigo Hinzpeter, quien ha dicho que su país hará lo que no están haciendo sus vecinos en materia de lucha contra el narcotráfico.El presidente Morales debería darse cuenta y reconocer que el narcotráfico está destruyendo su gobierno como ningún otro problema. Concentrarse en la DEA es apenas una excusa, para tratar de esconder las graves consecuencias que ha acarreado su política de convertir a Bolivia en el paraíso de la coca y a la “hoja sagrada” en la razón de ser de su régimen. No sólo la ONU ha ratificado su posición respecto del acullico, la JIFE, otro organismo multilateral acaba de llamar la atención sobre el incumplimiento de Bolivia de acuerdos internacionales en la lucha contra las drogas. Si hasta la agencia mundial antidopaje que fiscaliza el futbol a nivel mundial ha incluido al mate de coca en su lista de sustancias prohibidas.Hace mucho que el desborde del narcotráfico en Bolivia dejó de ser un asunto netamente de la DEA y Estados Unidos. Las quejas que llegan desde Brasil son cada vez más estridentes y no es para menos, si se calcula que cada año ingresan 60 toneladas de cocaína boliviana a ese país. En Chile, las cárceles están abarrotadas de narcos bolivianos, en Argentina están sufriendo las consecuencias de la superproducción de droga que perfora las fronteras y en España son cada vez más voluminosos los cargamentos que proceden de Bolivia.  Es natural que los gobiernos de estos países decidan reaccionar con fuerza como lo ha hecho Chile recientemente y para ello no dudarán en coordinar acciones con la DEA o con quien de verdad quiera luchar contra este flagelo El presidente Morales debería darse cuenta y reconocer que el narcotráfico está destruyendo su gobierno como ningún otro problema. Concentrarse en la DEA es apenas una excusa, para tratar de esconder las graves consecuencias que ha acarreado su política de convertir a Bolivia en el paraíso de la coca y a la “hoja sagrada” en la razón de ser de su régimen.

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