Las investigaciones respecto al “cártel Sanabria” parecen haberse enfocado en dos direcciones muy diferentes: “hacia abajo” en el caso del gobierno boliviano, dedicado a detener a los “peces chicos” de la banda en un esfuerzo por mostrar que “acá también se combate al narcotráfico”. En el caso de la fiscalía norteamericana, claramente la investigación se enfoca “hacia arriba”, buscando desentrañar quién o quiénes estaban por encima del general René Sanabria en la “cadena alimenticia” del narcotráfico. En suma, que están buscando al “Padrino” de Sanabria, al capo di tutti capi… De ahí la presión que se ejerce sobre el narco-comandante y narco-asesor de inteligencia para que “cante”, so pena de llevar el overol naranja por el resto de sus días. El asunto provocó una intensa agitación en el gobierno boliviano, encabezado por el presidente de los sindicatos cocaleros, Evo Morales. Máxime cuando por estos mismos días una serie de informes internacionales (JIFE-ONU y Departamento de Estado norteamericano) demuestran la expansión de cultivos ilegales de coca ligados a la producción de cocaína, así como el fracaso “manifiesto” de la estrategia antidroga del régimen de Morales.
Presidente anti-DEA
La primera reacción del presidente fue, como la de Sanabria, acogerse al “derecho al silencio” durante varios días, hasta que hoy finalmente tuvo que salir al ruedo con la genial idea de culpar a la DEA de una suerte de conspiración contra el gobierno del MAS. De hecho, Evo Morales siempre ha exhibido una particular virulencia contra la agencia antidroga de Estados Unidos, al punto que su discurso “antiimperialista” parecería en realidad un artificio para encubrir una postura anti-DEA. Lo más curioso (o gracioso) del asunto es que el gobierno evista se queja de que la DEA no le haya informado del operativo contra Sanabria, mientras al mismo tiempo se niega a cooperar o trabajar con esa agencia.
Auto-interpelación
Teniendo en cuenta que el general Sanabria se desempeñaba hasta pocos días atrás como asesor del Ministerio de Gobierno, dirigiendo una unidad con 16 integrantes que incluía a coroneles y mayores, cobra relevancia la necesidad de que el titular de esa cartera, Sacha Llorenti, transparente su relación con el narco-general y tome distancia del caso para permitir una investigación objetiva. Sin embargo, el oficialismo parece estar bloqueando la posibilidad de esclarecimiento que habría representado una interpelación, mediante una maniobra en el Órgano Legislativo. Sucede que la directiva de la Cámara Baja habría desestimado un pedido de interpelación realizado por la diputada opositora Norma Piérola (CN) y en cambio dio curso al presentado por su colega del MAS Rebeca Delgado. Lo más misterioso de todo es que la Presidencia de la Cámara de Diputados remite el pedido de Delgado a la Vicepresidencia a las 8:54 del día 2 de marzo, mientras que el pedido de la diputada oficialista recién habría ingresado una hora después, a las 9:53… Todo lo cual nos muestra los apuros oficialistas para que ésta sea una auto-interpelación, con preguntas previamente pactadas con el Ministro de Gobierno.
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