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jueves, 17 de marzo de 2011

Daniel Pasquier lúcido y acertado al calificar Febrero del 2011 como el "Chernovil y Fukushima bolivianos" la analogía es un hecho. que tiemblen el MAS y sus secuaces

La tragedia que vive Japón desde el 12 de marzo la sufre toda la humanidad.  Tan inesperada como desproporcionada a cualquier cálculo humano.  Un sismo en el fondo del mar dio origen al tsunami que barrió las costas sobre pobladas a 250 kms  noreste de Tokyo. Los muertos son miles y muchos más los desaparecidos. Y a pesar de las cuantiosas pérdidas materiales y económicas éstas  no son el foco de la noticia, ya que con el tesón, la disciplina y el nivel  de formación característico de su pueblo  Japón se va a recuperar.Aunque el vicepresidente García Linera lo ha repetido, la vocación del poder total,  que la oposición ha sido aplastada (no sólo derrotada), que han llegado a Palacio para quedarse, que hasta el lugar de nacimiento de Evo Morales es algo sagrado, etc., los hechos, la realidad, con lo que se escribe la historia de veras, ha hecho una de las suyas. Ésta no estaba en sus cálculos.   El Estado Plurinacional sacudido por su propio tsunami  el 24 de febrero, 2011.  El General al frente del Centro de Inteligencia de la lucha contra el narcotráfico fue detenido en posesión de cocaína.  El mismo día la Cancillería boliviana hizo  gestiones para su extradición al país, prueba de la importancia asignada al caso, pero  no lograron su objetivo por  que las autoridades panameñas habían atendido el reclamo adelantado de los EEUU y para entonces  el detenido ya volaba hacia Miami a enfrentar la acusación por conspiración en el tráfico de drogas.Chernobil en el Estado Plurinacional. En pocas horas policías de alto y medio rango fueron detenidos y acusados en relaciones al narcotráfico.  ¿Lo sabían todo, desde antes, o fueron informados “desde afuera”? Pero el daño estaba hecho. Los mayores, para la imagen del gobierno y del país. De ahí en adelante no es posible negar la penetración del narcotráfico  en altos niveles de la administración del Estado.  Desde el origen de la coca, la entrada de toneladas de precursores, los lugares de acopio e industrialización de la producción, así como la logística requerida para la comercialización y exportación, hacen imposible pensar, ni aceptar, que el negocio de toneladas de droga lo puede ejecutar una sola persona,  sin una amplísima red de protección y de cómplices.  Como en el caso de la explosión de la planta de energía nuclear ucraniana el 26/4/1986, pasarán  muchos años y  las secuelas de éste caso serán todavía visibles.El espíritu de los samurai a prueba. Fukushima el nuevo paradigma. La tragedia sólo ha empezado, viene  lo peor. La falla en los sistemas de enfriamiento ha llevado a su recalentamiento y a algunas explosiones dentro de las plantas,  provocando la evacuación masiva de las poblaciones cercanas, de los 800 técnicos encargados de manejarlas, al sacrificio de algunos que ya están en observación por irradiación y al martirio de 50 dispuestos a luchar hasta donde sea humanamente posible intentando controlar el desastre:  la explosión y la diseminación de material radioactivo, que podría convertirse por miles de años y de manera indiscriminada en causa de sufrimiento y muerte de todo ser viviente, en cualquier lugar del planeta. En los alrededores la radioactividad ya aumentó un milisievert por hora, la dosis máxima que puede tolerar el hombre en un año. Después de Hiroshima y Nagasaki, nadie pudo imaginar esto: Chernóbil, Three Miles Island y, Dios no lo permita, Fukushima.El asesinato de Noel Kempff sacudió a la sociedad boliviana, en especial a la cruceña. No desapareció, pero puso una raya al narcotráfico. La impunidad  disminuyó y la ostentación de la riqueza mal habida dejó de ser  bien vista. ¿O seguirá el narcotráfico cual mancha radioactiva marcando hombres y nombres,  ahora, a diferencia de los años '80, por todo rincón del territorio nacional? ¿Se volverá a apreciar el trabajo honrado, el enriquecimiento lícito, el disfrute de los bienes con sobriedad, con cierto pudor, y hasta  con dignidad? El Gobierno tiene la especial responsabilidad de transparentar hasta dónde llegan los tentáculos de esta actividad, y tomar las medidas correctivas que manda la ley. Tiene que quedar bien claro quiénes están comprometidos y quiénes no.  Como también tiene la oportunidad para rectificar donde se hayan cometido errores y  no delitos. La ciudadanía está expectante y la diputada J. Echeverría ha dejado plasmadas al menos 20 interrogantes (El capo y su ministro, eju 03/03/2011) que merecen ser atendidas.Evo y su gabinete están conminados a responder. Es su responsabilidad como jefe de Estado. No importa si su popularidad esté por los suelos (según IPSOS, en febrero el nivel de aprobación es de 32% y la desaprobación  del 63%), esto atañe a obligaciones del cargo.  Pero, tiene que salir por  el camino correcto, que no es echándole la culpa a terceros, y menos en el caso de un general traficante de 4.7 toneladas de cocaína.  Esto parece obra del Vice, que a veces parece que se despista o que no lo entiende.  El domingo 6/3/2011 declara en una entrevista concedida a Los Tiempos que “la masacre de Pando evitó la caída del gobierno” y, con lujo de detalles, confía cómo se tramó, se planificó y se ejecutó la toma de aquél jirón patrio: aquello que hasta fue  calificado como  genocidio, delito de lesa humanidad, por el que hay personas perseguidas, exiliadas, encarceladas, y están todavía calientes  los muertos de ambos bandos clamando justicia. ¿Será también de él la idea de culpar ahora a la DEA, a la deslealtad de los chilenos y panameños,  a la derecha, a los eternos vende patrias, a USAID,  etc., justamente los que han puesto al descubierto el nuevo cartel boliviano? Es hora de volver a ejercer el poder en democracia, respetando sin instrumentalizar la ley. Basta echar una mirada al Medio Oriente. El momento no parece ser favorable a las dictaduras, ni para los soberbios ansiosos de poderes eternos.

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