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domingo, 13 de marzo de 2011

excelente editorial que plantea preguntas de fondo sobre las circunstancias del cargamento de droga. La Prensa coincide con nosotros si la droga embarcada no habrá sido la misma que se incautó en los aparatosos muy publicitados "descubrimientos" de la FELCN

Se ha investigado si esa droga no fue incautada bajo su gestión como jefe de la FELCN? ¿O quiénes podrían suministrar tal cantidad de cocaína…? 

La denuncia contra el principal jefe del Servicio de Inteligencia del país de haber traficado con enormes cantidades de cocaína siendo alto funcionario del Ministerio de Gobierno, uno de los más importantes del Órgano Ejecutivo, ha desatado un escándalo que llena de vergüenza. 

Cómo es posible que una persona hubiera llegado hasta tan alta función, la de jefe del Centro de Inteligencia del Ministerio de Gobierno, sentando allí su virtual centro de operaciones delictivas junto a los más importantes miembros de su banda, también policías como él, pero de menores grados, sin que nadie se hubiera dado cuenta. 

Uno de los hechos más graves es que el ahora conocido como “narcogeneral” René Sanabria hubiera sido nada más ni nada menos que el Comandante de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, aquélla cuya misión es precisamente combatir contra los narcotraficantes que han empezado a aumentar en forma alarmante en el país, trayendo aparejada una ola de violencia que se traduce en crímenes al estilo de las mafias del narcotráfico de Colombia o de México. 

A medida que pasan los días, van saliendo más noticias sobre este escándalo que, por sus características, enloda al país y que debe tener una o varias respuestas con investigaciones eficientes que lleven a despejar todas las dudas y sospechas que está generando este hecho megadelictivo. 

El Ministerio de Gobierno debería haberse puesto de inmediato a la cabeza de una profunda investigación sobre los supuestos vínculos del General. Fue bueno que se hubiera detenido a sus inmediatos colaboradores del Centro de Inteligencia, pero fue negligente el que nadie hubiera hecho nada para impedir que la esposa del acusado entrara a las oficinas de éste, quemara documentos que debieron haber sido importantísimos y reveladores, y que hubiese tenido el tiempo suficiente para desaparecer. 

Cuando menos, al principio se obró con lentitud porque inmediatamente conocida la detención de Sanabria en Panamá se debió haber obtenido una orden judicial y allanar su vivienda y sus oficinas en busca de documentos y elementos que apoyen la investigación. 

No se sabe si ya lo han hecho, pero debe darse con quienes cargaron los contenedores con droga y minerales para sacarlos de Bolivia; con quienes ordenaron que no se revisara las cargas. Debe investigarse de dónde salió tanta cantidad de cocaína. Ahora ya se habla en el diario El Mercurio, de Chile, que el General hizo 13 envíos de cocaína al exterior, con un peso total de casi cinco toneladas, desde el 11 de febrero de 2010. 

¿Se ha investigado si esa droga no fue incautada bajo su gestión como jefe de la FELCN? ¿O quiénes podrían suministrar semejante cantidad de cocaína al General? ¿O si éste protegía a narcotraficantes que mandaban la droga? ¿Desde cuándo el General se dedicaba a traficar? 

Hay mucho por conocer y mucho más por investigar. El Gobierno está llamado a no escatimar ningún esfuerzo para hallar a todos los integrantes de la banda policial que ha tenido que contar con participación de civiles, aviesos narcotraficantes, que se incrustaron nada menos que en uno de los más importantes ministerios del Gobierno para desde ahí dirigir sus operaciones sin levantar sospechas. 

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