Ayer Chulumani 1982 hoy Apolo 2013

Mauricio Aira

Un método efectivo de aprender la Historia es la comparación. Sucesos de ayer que eran difíciles de entender hoy se clarifican con otros recientes que guardan similitudes dentro de la trágica historia de la hoja de coca y su erradicación. Veamos. Estrenado el período democrático con la entrega del poder de Guido Vildoso al Presidente Siles Zuazo, los narcotraficantes aprovechan el desconcierto e irritación que causan las salvajes incursiones de UMOPAR en las viviendas de los productores de hoja de coca y los utilizan para asaltar los centros de acopio de Cristal Mayu, Paractito, y Villa Tunari en acción criminal que refiere Reque Zavalegui Director de Narcóticos de aquel entonces: (Diario Católico Presencia 1983)

“Se reunieron cien campesinos instigados por elementos extranjeros, colombianos y gringos norteamericanos. El asalto por sorpresa no permitió la defensa con armas, de características dantescas, con incendio de vehículos, apaleamiento y tortura de los agentes, que fueron al fin acribillados a balazos...apenas dos pudieron escapar siendo 7 las víctimas mortales".

El mismo General Vildoso, tan sólo días antes de la entrega del mando presidencial expresó:

"Tremendamente ingrato y doloroso es el suceso que nos reúne hoy. Se trata de despedir a los 7 camaradas caídos en el cumplimiento de su deber, alevosamente victimados en Chulumani por una banda de narcotraficantes. Quienes han podido ver los cuerpos quedaron horrorizados por el salvajismo y crueldad con que fueron tratados. Lo ocurrido en Chumani es una advertencia pública de que Yungas se ha constituido en tierra de nadie..."

Los narcos habían ganado la batalla puesto que los centros de acopio de hoja de coca fueron suprimidos, aunque la instrumentalización de los campesinos o cocaleros ha sido una constante hasta nuestros días. Historia copiada de hace 31 años.

Llegaron al amanecer y avanzaron por la carretera y por el monte, recorrieron por todas las casas golpeando las puertas y obligando a salir a las mujeres y a los niños, pidieron a las mujeres bajarse las polleras en medio de insultos, los uniformados estaban bien armados (relato de los productores a ERBOL en el pueblo de Miraflores, Apolo) los padres y esposos bajaron del monte armados de ondas, palos y picotas y en acciones criminales se produjeron las muertes de 4 policías y 20 heridos. Luego de varias horas de fuego cruzado se impusieron los erradicadores de coca que se llevaron una docena de productores presos hasta La Paz, dos días después por orden de un Juez los trasladaron a la cárcel de Patacamaya.

Carlos Romero el Ministro de Gobierno "se trata de elementos extranjeros, peruanos y colombianos que expertos en el manejo de armas de grueso calibre torturaron, maniataron y mataron a un oficial de carabineros, a un policía raso a un miembro del ejército y a un médico alistado a la Institución."

La historia se repite y el cuadro de situación no cambia. Los narcos tienen infiltrados en organismos destinados a combatirlos, tienen recursos, lavan libremente el dinero que obtienen y cuentan con una corrupción generalizada dentro de Bolivia lo mismo que de ella donde están los grandes mercados de consumo.