¿Qué tiene en común René Sanabria con Manuel Noriega y Anastasio Somoza?
Mucho.
No sólo se trata de que tanto el general boliviano como los ex dictadores de Panamá y Nicaragua fuesen encausados ante la justicia norteamericana por cargos de narcotráfico, sino que a los tres les tocó estar en manos de la misma jueza: Úrsula Mancusi Ungaro, conocida por su dureza y drasticidad.
En efecto, al narco-general le ha sido asignada la misma magistrada que condenó de manera tajante al autócrata panameño Noriega, quien además de colaborar en el tráfico masivo de cocaína hacia Estados Unidos creó para la defensa de su régimen unas “brigadas de la dignidad” muy parecidas a las actuales milicias de Hugo Chávez.
A Ungaro también le tocó el caso de Anastasio Somoza, por lo que queda claro que es la encargada de llevar adelante los casos de narcotráfico que implican a gobiernos enteros.
Así consta en la página web del Lawyers Bar de Florida y en el Biographical Directory of Federal Judges.
Su actuación en el caso Somoza, a cuya familia investigó hasta la quinta generación, muestra además que Ungaro es alguien que sigue el hilo de la culpabilidad hasta sus últimas consecuencias, algo que no debe tener muy tranquilos a los socios y superiores de Sanabria.
Hija de padres italianos asentados en la Florida, Ungaro tendría una especial aversión por los regímenes de tintes totalitarios, a raíz de la persecución de su abuelo por el Tercer Reich.
El próximo 2 de septiembre, la jueza dictará sentencia en el caso Sanabria. Veremos, a partir de entonces, hacia qué otros responsables del narcotráfico de Estado se enfocará la justicia de Estados Unidos…
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