Después de largos años de espera, por fin se ha logrado concluir con el estudio sobre la incidencia del masticado de la hoja sagrada contra lo que se produce para la elaboración de la droga cocaína. El Gobierno extrañamente lo presentó primero a los campesinos dedicados a la siembra del arbusto coca y asociados en federaciones que apoyan al presidente de esas federaciones y al mismo tiempo Presidente del Estado plurinacional boliviano.
El estudio en cuestión fue financiado por la Unión Europea para establecer las cantidades de cuántas hectáreas sembradas se necesita para satisfacer la costumbre tradicional del acullico, y cuántas existen en realidad sembradas tanto en los Yungas de La Paz como en el Chapare cochabambino y otras zonas.
Cabe hacer una diferenciación, la cual es que la hoja producida en el Chapare no es apta para el acullico porque ella por su calidad no es idónea para este efecto, lo cual hace que los consumidores la excluyan de ese fin, de modo que la coca producida en el Chapare sea exclusivamente para la elaboración de la droga cocaína. Por ello se deduce que conforme a la “autorización” de la ONU, en Bolivia solamente debe haber sembradíos de coca en los Yungas de La Paz y en una cantidad ya establecida anteriormente. Por ello existe la coca ilegal y la coca que es y debe ser erradicada. Sin embargo de todo lo establecido sobre el cultivo de la coca, en la actualidad se ha sobrepasado la cantidad de hectáreas permitidas y este problema debe ser resuelto por el estudio realizado y no conocido en forma global.
Por otra parte, el famoso acullico, ya no es tan popular como lo era en tiempos pasados, pues la costumbre del masticado de coca, especialmente en las ciudades, no existe o no se nota porque la tal costumbre es completamente impopular y en los pueblos sucede igualmente que conforme avanza el progreso, el acullico ha pasado a ser una costumbre olvidada y también desechada y solamente es vigente en gente que la practica por razones que alegan les da resistencia contra el sueño o el cansancio físico, como es el caso de los choferes de largo trayecto, pero en este caso particular, les reduce la capacidad de reacción frente a acciones que demandan inmediata reacción.
Una condición muy propalada por el Gobierno actual es la “industrialización de la coca”, por ello se han intentado fabricar diversos productos de consumo humano, tales como refrescos, harina y otros que no tuvieron aceptación en el mercado nacional y mucho menos en el internacional, sin embargo, las autoridades correspondientes siempre defienden el excedente cocalero con el argumento de que “estamos industrializando”.
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