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domingo, 30 de diciembre de 2012

qué curioso en el coliseo San Francisco de Asís, contruído por los franciscanos Evo le dió palo al Obispo Juárez, habló con los medios, contra la Diputada Delgado (no la nombró) contra los que quieren involucrar a sus ministros y a Nardy que le hacen llorar. crónica de E.M. en EJU:TV


En el encuentro cocalero celebrado en Ivirgarzama, el presidente Evo Morales ratificó su confianza en tres ministros cuestionados por su papel en el escándalo de la red de corrupción.
La elección de este escenario demuestra una vez más que el poder real reside en el Trópico de Cochabamba, zona dedicada a cultivos de coca mayormente excedentarios, esto es, destinados a abastecer de materia prima al narcotráfico.
Como presidente de los sindicatos cocaleros, cargo que aún detenta en abierto conflicto de influencia con la primera magistratura que ejerce, Morales representa los intereses de esta minoría, sector para el cual gobierna prácticamente en exclusiva.
De hecho, la hegemonía cocalera sobre el régimen implica una alta concentración del poder, que de alguna manera exime al presidente de rendir cuentas ante el resto de la opinión pública, poco considerada por la administración evista.
Existe un vínculo estructural entre esta concentración del poder, nacida de la hegemonía cocalera, con la corrupción.
Ya decía Lord Acton que “el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absolutamente”. Frase que puede aplicarse perfectamente al caso.
Y es que la corrupción no es simplemente el producto de deslices casuales, sino de una serie deoportunidades institucionales brindadas por la discrecionalidad, el hiper-presidencialismo y el intervencionismo estatal, caldo de cultivo para el abuso burocrático.
Características todas que se hacen presentes en el modelo de socialismo del siglo XXI, aplicado por Morales en Bolivia bajo la variante folclórica del socialismo comunitario.
La lucha contra la corrupción no pasa por darle superpoderes persecutorios a ningún funcionario, que inevitablemente sentirá la tentación de hacer uso de esas facultades extraordinarias en su provecho, sino precisamente por lo contrario: la desconcentración del poder y el balance de los contrapesos republicanos.
Pero para eso, lo primero es el desplazamiento de la hegemonía de un solo y pequeño sector, los cocaleros, por una amplia alianza social que refunde la democracia…
notishots@gmail.com

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